Deshaciendo margaritas.
La brisa abre y cierra sus ojos. Me mira desde el umbral de la tarde.
Mañana, ¿ acaso aplazo para mañana lo que tal vez ya no me pertenezca...?.
Te tomo por el talle y te alzo hacia el lugar de la luz.
Dios bendiga hoy cada tropiezo que me acerca a su naturaleza.
¿En qué momento dejaron de tener sentido estas palabras?:
¿mientras la brisa,
cuando la flor,
al encontrarlas...?.
Qué dulce.
ResponderEliminarGracias por inocular un poco de armonía.