Otro comentario sobre el cielo.
No logro descubrir que asuntos reservas para mañana, porque habrá un mañana y tu seguirás en el columpio, dejando para otro momento la quietud del universo.
Por mucho que persevero, que extiendo mi brazo y te reclamo, tu vas y vienes con una sonrisa abierta a toda suspicacia. Y me entretengo en la calma que infunde un movimiento que oscila entre lo lejano y lo que se entrega.
A veces hay un instante breve en que puedo hacer desprender de tu silencio un principio que me nombra. Pero todo es tan extraño que irrumpo en mi pensamiento derrocando toda tentativa y me denuedo por seguir atento a todo cuanto me sugieres.
No logro descubrir mejor pasatiempos que observar tu presencia mientras parece que me ignoras, que no corriges tanta inclemencia que se procura un lugar entre mis brazos.
Y yo te persigo en la distancia sin mas solicitud que ser consciente de mis actos, aunque tu no corrobores esta horrenda forma de vacío que va y viene dentro de mi corazón, porque tu sigues a lo tuyo, sin dotar de importancia todo aquello que me regalas.
Yo he amado la semilla que aún no ha crecido, el brote que se inicia bajo tus estrellas, la sombra que por fin me ofrecen los árboles. ¿ Acaso puedo pronunciar algún reproche, emborronar la pizarra de mis sueños con un delirio de torpezas, descalabros y perjuicios cuando miro el caer de las horas y el filo de los minutos arañar mi paciencia y no hallo culpa alguna que en ti amanezca?.
Todo progresa sin embargo en armonía. Y al silencio regreso sin heridas.
Amigo...
ResponderEliminarCompañero...
Qué difícil recobrar el aliento tras estas palabras. Qué arduo traducirlas a sí, abriéndose la brecha necesaria y dolorosa de la poesía.
Gracias.