Tu sonrisa.
En los charcos espejean las luces de las farolas
y los cambiantes colores de los semáforos seducen hipnóticamente en la soledad de la calle.
Se deslizan rápidas,
como las olas,
como las horas,
las nubes en el cielo
hasta que por fin una luna burlona emerge a través de una
incipiente
brecha
algodonosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario