Duerme la piedra
mientras el tiempo traza la línea esquiva
entre la virtud de lo infinito
y la breve profundidad de los sentidos.
Hay un latente silencio que continúa tallando la belleza
en quien se detiene y contempla
su efímera estancia frente al triunfo del asombro :
es entonces cuando todo adquiere el dinamismo de lo eternamente duradero.
Hermoso.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo, por acercárnoslo.